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Si le gusta la cultura, Marruecos es un destino imprescindible. En Marrakech, Fez, Meknes y Chefchaouen, siempre hay algo que despierta su interés. Ofrecen diferentes culturas, una gran cantidad de obras de arte y atractivos alojamientos en riads tradicionales. Hay interesantes organizaciones literarias que visitar, así como numerosas y hermosas estructuras. En este post, veremos los distintos museos de Marruecos para aprender más sobre el país y ver una serie de objetos.
Museos de Arte Moderno y Contemporáneo Mohammed VI de Rabat:
Su Majestad el Rey Mohamed VI inauguró el Museo Mohamed VI de Arte Moderno y Contemporáneo (MMVI) en octubre de 2014. Es uno de los primeros museos de Marruecos dedicados por completo al arte moderno y contemporáneo. Además, es la primera institución pública de Marruecos que cumple las normas museísticas internacionales. La arquitectura del museo está intrínsecamente ligada a Rabat. La construcción fue diseñada para integrarse en el carácter urbano de la capital. La arquitectura de esta última se distingue por una personalidad particular, así como por una mezcla cultural diversa.
En consecuencia, se desarrolló un marco conceptual con el objetivo de armonizar los procesos creativos actuales con el pasado secular absorbido. Su Majestad el Rey Mohammed VI ha solicitado la creación de un museo dedicado a la innovación creativa moderna y actual. La política real incluye dotar al país de instalaciones culturales de alto nivel. La creación del primer museo nacional de arte moderno y contemporáneo de Marruecos es un acto histórico importante con un objetivo claro: crear las condiciones para la preservación y difusión de nuestro patrimonio artístico, al tiempo que se fomenta la creatividad y se trabaja por la democratización y el desarrollo cultural.
El arte moderno y contemporáneo, que antes era patrocinado mayoritariamente por instituciones privadas en nuestro país, está ahora debidamente supervisado y a un alto nivel por el sector público, que sirve al interés público.
Museo del Judaísmo de Marruecos, Casablanca:
La majestuosa estructura que ahora alberga el museo fue erigida en 1948 como orfanato judío. Esta fue su función hasta finales de la década de 1970. Marruecos era el país con más población judía de todos los países árabes. En la década de 1960, Casablanca tenía unos 70.000 residentes judíos. En 1997, el mismo año en que se inauguró el Museo de Arte e Historia de los Judíos en París, se formó un espacio cultural para que judíos y musulmanes se comunicaran, al igual que este Museo Etnográfico, que destaca la cultura judía marroquí en Fez, Essaouira y Marrakech, donde los marroquíes venían a trabajar. No hay ningún otro museo dedicado a la cultura judía en el mundo árabe como el de Marruecos.
El canto de los pájaros en los jardines vecinos complementa el descubrimiento de la destacada artesanía judía marroquí. Es una parte del viaje realmente agradable. Pulseras y fíbulas de plata del siglo XIX, así como colgantes, amuletos, tobilleras Muñecas vestidas con atuendos judeo-marroquíes, se muestran en una exposición. El arte sacro ocupa más espacio, incluidos los armarios de la Meguilá, las torres con mantos bordados en oro y el mobiliario de la sinagoga. También se exponen bordados de Azemmour del siglo XVII. Hay tebas de sinagogas antiguas, así como plataformas de lectura de madera donde oficia el rabino. Una fascinante colección de antigüedades para examinar en un entorno tranquilo.
Museos Dar-el-Makhzen de Tánger en Marruecos:
Dar el Makhzen fue construido en 1684 por el sultán Moulay Ismail, poco después de que los soldados ingleses abandonaran Tánger. Bajo el protectorado, albergó al embajador del sultán, así como los tribunales y el tesoro.
Este museo le transporta a través del tiempo para ofrecerle una muestra de la antigüedad marroquí. También muestra las diferentes culturas que influyeron en la ciudad, como la griega, la romana, la fenicia, la bereber y la árabe.
Los ingresos obtenidos de los impuestos obligatorios se guardaban en la cámara del tesoro de Dar el Makhzen. En su interior hay una caja fuerte, asegurada por un ingenioso mecanismo de control del tiempo. Tiene derecho a pedir que se abra para entender cómo funciona este mecanismo, que sólo puede abrir una persona. La terraza, que funcionaba como corte de honor, está situada en el centro de Dar el Makhzen.
Dar el Makhzen ha acogido a personajes famosos de la época dorada de la ciudad. Desde la fundación de Tánger, las decisiones diplomáticas más importantes se han tomado en su terraza. El pachá de Tánger también saludó oficialmente a Delacroix.
Una vez dentro, le recibirá un impresionante jardín andaluz rodeado de arcos adornados con cerámicas de maestros marroquíes. Además de un lugar maravilloso que le transporta a la época de los sultanes, hay un pequeño museo.
El Museo Dar el Makhzen también funciona como sala de exposiciones, mostrando toda la historia conocida de Tánger. Este sitio histórico debe ser visto durante su estancia en Tánger.
Museo del Patrimonio Amazigh de Agadir:
El Museo del Legado Amazigh es uno de los museos marroquíes dedicados al patrimonio del Souss-Massa-cultural del Draa. Destaca la historia del pueblo bereber a través de exposiciones y diversos seminarios. El museo se inauguró el 29 de febrero de 2000, un aniversario importante ya que la ciudad fue devastada por un catastrófico terremoto 40 años antes, que cambió la historia del país. Ocupa una superficie de más de 1.000 m2. Se pueden descubrir artefactos de la cultura amazigh. Se exponen unas 900 piezas históricas, entre las que se encuentran alfombras tejidas a mano, textiles, cerámica, joyas étnicas, artesanía y manuscritos del siglo XVI, entre otras cosas.
Este proyecto es fruto de la colaboración entre la ciudad de Agadir, que lo ha impulsado, un equipo de museógrafos franceses y un grupo de jóvenes interesados en la historia y las tradiciones de la región. La ciudad compró en 1995 una colección privada de joyas bereberes, que incluye 932 piezas, 227 de las cuales se exponen actualmente en las salas del museo, así como otros emblemas de Souss-Massa-Drâa. El Museo del Patrimonio Amazigh de Agadir tiene como objetivo principal mostrar los productos artesanales tradicionales de Marruecos. También pretende contribuir a la preservación de los conocimientos locales y mejorar la comprensión de la creatividad artesanal y creativa por parte de los jóvenes.
Museos de Marrakech en Marruecos, Marrakech:
El Museo de Marrakech está situado en un palacio histórico que había albergado a Mehdi Mnebhi, antiguo ministro militar del sultán Moulay Abdelaziz. El palacio se construyó a finales del siglo XIX.
El museo se encuentra en este edificio desde 1997, cuando fue adquirido para su reparación por la Fundación Omar Benjelloun, propietaria también de la Medersa Ben Youssef y la Qoubba Almorávide. Anteriormente, el palacio se utilizaba como casa y, en los años 60, como escuela de niñas.
El principal atractivo del museo es su patio interior (busque la enorme lámpara de araña) y las salas que lo rodean. Estas salas albergan la colección del museo, compuesta principalmente por cerámica, armas, alfombras y otras antigüedades tradicionales marroquíes. Dentro del edificio también hay un hammam tradicional y un espacio de exposición temporal.
Museo Bert Flint de Marrakech:
El Museo Bert Flint de Marruecos se encuentra junto al Museo Dar Si Said. Se encuentra en uno de los caminos que conectan el Mellah y la plaza Jemaa El Fna. Presenta una fantástica colección de antigüedades saharianas procedentes de Marruecos, Malí, Níger y Burkina Faso.
La pasión de Bert Flint dio lugar a la creación del Museo Bert Flint (Tiskiwin). Tras estudiar historia del arte, este holandés se interesó por la cultura musulmana española. Después de investigar y visitar el mundo, fue a Marruecos en 1954.
Optó por vivir en Marrakech en 1957 tras enamorarse del estilo de vida marroquí. Su curiosidad y atención se despertaron como consecuencia de su inmersión en la vida marroquí. Se sintió atraído por los retratos visuales y sonoros de la vida rural marroquí. Con el tiempo, empezó a investigar las estrechas relaciones que existían entre Marruecos, el Sahara y África. Su interés por esta cultura rural, junto con sus investigaciones, dio lugar a la creación del Museo Tiskiwin.
Museo Sidi Mohamed Ben-Abdellah de Essaouira:
El Museo Sidi Mohamed Ben-Abdallah, situado en el centro de la medina de Essaouira, junto a la Seqala, uno de los edificios históricos más emblemáticos de la ciudad, es un lugar ideal para conocer el intrigante pasado de la rica Essaouira de Mogador. Es una ciudad-mundo que se ha enriquecido con la inclusión de las grandes civilizaciones romana, fenicia, cartaginesa, amazigh, judía y árabe, y sigue siendo un hervidero de mestizaje cultural.
Este espacio expositivo, que abrió sus puertas por primera vez el 20 de octubre de 1980, con motivo del primer festival de música, tiene como misión principal traducir y presentar el paisaje y la riqueza cultural de la región de Essaouira, y hacerlo a través de la presentación de una colección relacionada con diversos temas del patrimonio material e inmaterial del que esta ciudad y sus alrededores abundan.
Esta colección ha sido seleccionada con el fin de mostrar la diversidad étnica de la ciudad, a la vez que se hace un seguimiento de la historia de la misma. Como demuestra su inscripción en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO el 14 de diciembre de 2001, la riqueza histórica de la ciudad se corresponde con su excepcional potencial ecológico.
Museo del Cine de Ouarzazate:
El Museo del Cine de Ouarzazate abrió sus puertas el Día del Trono, el 30 de julio de 2007. Fue construido en el emplazamiento de un antiguo estudio cinematográfico en 1981 por empresas de producción cinematográfica italianas. El recinto, de 2 hectáreas, está formado por varios platós de cine que se han convertido en lugares de culto para la historia de la Biblia.
Este museo, situado junto a la Kasbah de Taourirte y cerca del Complejo Artesanal de Ouarzazate, ilustra el objetivo del municipio de convertir a Ouarzazate en un importante centro de producción cinematográfica marroquí.
El Museo del Cine de Ouarzazate explora la historia del cine. También destacan las grandes películas rodadas desde este punto.
Museo Nejjarine de Fez:
Hay varias razones para visitar el Museo Nejjarine de Artesanía en Madera. En primer lugar, está la propia estructura, un antiguo fondouk que ha sido reparado con mucho cariño, como se ve en las dos balanzas gigantes instaladas en el patio interior. En el primer nivel se exponen los numerosos tipos de madera que se utilizan y cultivan en Marruecos, sobre todo la raíz de cedro/loupe. Luego están las herramientas del carpintero, el ebanista y el marcador. Los objetos de la exposición son de gran calidad, a pesar de que no datan de hace siglos.
Museo Borj Nord de Fez:
El Borj Nord fue un fuerte saadí construido al norte de Fez El Bali en 1582, durante el reinado del sultán Ahmed Al Mansour.
Era uno de los mayores puestos de observación de la ciudad, influenciado por el estilo de las fortificaciones portuguesas del siglo XVI.
El Borj Nord alberga actualmente el Museo de Armas. Las armas expuestas varían en edad desde las antiguas hasta las actuales y están organizadas cronológicamente, desde hachas de piedra hasta cañones, así como armamento de todo tipo y nacionalidad.
Entre las cosas expuestas hay hachas, alabardas, picas, lanzas, sables, espadas, cascos iraníes, sillas de montar con su ornamentación, rifles, pistolas, revólveres y numerosos cañones.
Las colecciones de los museos que suministramos son las más atractivas y populares de Marruecos. Aun así, hay museos no incluidos aquí que deberían visitarse, como el Museo Nacional del Automóvil 4X4 de Marruecos, cerca de Merzouga, que es propiedad de un emiratí.
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